Estar enamorado
¿Para qué se pregunta uno si está enamorado? ¿Cuál es la utilidad práctica, filosófica?
La pregunta tiene respuesta: decidir de qué modo va a proyectar uno la relación que tiene.
Estar enamorado o no estar enamorado solamente tiene importancia si uno proyecta.
Es decir, si vos encontrás a alguien y vas a estar con esa persona solamente ese rato, no te lo preguntás, dejás que hable tu cuerpo, dejás que tu cuerpo resuelva si te gusta o no te gusta.
Pero el asunto tiene importancia cuando vos proyectás. Si vos considerás que una relación amorosa tiene que tener una ulterioridad fatalmente, si no podés entender el amor si no como una proyección -que es una manera de entenderlo-.
Entonces ahí sí te lo preguntás, no porque te interese la definición. La pregunta es: ¿qué hago con esta persona?, ¿la proyecto hacia el futuro o no?
Pero, proyectando hacia el futuro ¿no estamos también cometiendo un error?
¡Claro que sí!, pero el mundo está hecho de proyecciones hacia el futuro.
¿Por qué ponen un cartel que dice calle Corrientes? Porque se supone que siempre se va a llamar Corrientes. Si cambiarían el nombre a cada momento no le pondrían cartel.
¿Y por qué usted quiere ponerse un cartel que dice “estoy enamorado”? Porque se supone que ese estado es más o menos permanente y que usted no es un proceso de situaciones cambiantes, sino que usted también es más o menos constante y perseverante, entonces se pone un cartel, o peor todavía: se casa.
No importa en qué grado proyecte usted, pero esa pregunta hay que hacérsela.
A ver si resulta ser que estaba un poco entusiasmado con mi propia intensidad y al otro día, aplacados los corceles de la lujuria, me vengo a arrepentir... Ésa es la pregunta.
Cabe pensar también, si el estado gozoso se puede proyectar, y si el goce no se atenúa –o aún peor, desaparece- en su mera proyección; si por definición el goce no es efímero.
Hay que preguntárselo: ¿será posible mantener este estado de dicha hasta los 76 años? Y ahí es donde uno pierde un poco la fé. Y no hay respuesta. La respuesta es seguí mientras te guste… y ojalá que te guste durante mucho tiempo.
La pregunta tiene respuesta: decidir de qué modo va a proyectar uno la relación que tiene.
Estar enamorado o no estar enamorado solamente tiene importancia si uno proyecta.
Es decir, si vos encontrás a alguien y vas a estar con esa persona solamente ese rato, no te lo preguntás, dejás que hable tu cuerpo, dejás que tu cuerpo resuelva si te gusta o no te gusta.
Pero el asunto tiene importancia cuando vos proyectás. Si vos considerás que una relación amorosa tiene que tener una ulterioridad fatalmente, si no podés entender el amor si no como una proyección -que es una manera de entenderlo-.
Entonces ahí sí te lo preguntás, no porque te interese la definición. La pregunta es: ¿qué hago con esta persona?, ¿la proyecto hacia el futuro o no?
Pero, proyectando hacia el futuro ¿no estamos también cometiendo un error?
¡Claro que sí!, pero el mundo está hecho de proyecciones hacia el futuro.
¿Por qué ponen un cartel que dice calle Corrientes? Porque se supone que siempre se va a llamar Corrientes. Si cambiarían el nombre a cada momento no le pondrían cartel.
¿Y por qué usted quiere ponerse un cartel que dice “estoy enamorado”? Porque se supone que ese estado es más o menos permanente y que usted no es un proceso de situaciones cambiantes, sino que usted también es más o menos constante y perseverante, entonces se pone un cartel, o peor todavía: se casa.
No importa en qué grado proyecte usted, pero esa pregunta hay que hacérsela.
A ver si resulta ser que estaba un poco entusiasmado con mi propia intensidad y al otro día, aplacados los corceles de la lujuria, me vengo a arrepentir... Ésa es la pregunta.
Cabe pensar también, si el estado gozoso se puede proyectar, y si el goce no se atenúa –o aún peor, desaparece- en su mera proyección; si por definición el goce no es efímero.
Hay que preguntárselo: ¿será posible mantener este estado de dicha hasta los 76 años? Y ahí es donde uno pierde un poco la fé. Y no hay respuesta. La respuesta es seguí mientras te guste… y ojalá que te guste durante mucho tiempo.
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