Religión, pasado, presente y futuro

Para el mundo greco-romano, la vida terminaba con la muerte. No había otro mundo. Por eso, se vivía intensamente en el presente. La idea de futuro no les interesaba. El cristianismo cambió eso de manera radical: esta vida era la prueba para ganar la otra, la verdadera vida, la eterna, la que venía tras la muerte. La idea de paraíso tiene que ver con el merecimiento. Y por eso la idea del tiempo es clave. Al "más allá" se llega, y se llega a partir de lo que vos hacés en el más acá. O sea que la idea de futuro supone una meritocracia. Hay que hacer méritos para llegar a ese futuro ideal.
Hay muchos elementos propios de lo que es la ideología religiosa que permanecen en el pensamiento moderno, sobre todo del tiempo. Para el cristianismo, El Mesías llega, pero después se va; lo matan, resucita, pero después tiene que volver. Esto, en la lectura más cotidiana del cristianismo, no se lo sabe. Para que Cristo vuelva, la historia del hombre tiene que hacer una serie de deberes. Y esos deberes, una vez que la religión se descentra y sale de la esfera pública, permanecen sin embargo en el imaginario de la gente. O sea, nosotros pensamos que nuestra vida está direccionada hacia el futuro y que a lo largo de la vida tenemos que cumplir un propósito. Como si la vida sólo valiese en la medida en que tuviese un sentido a cumplir, ¿y de esa manera te garantizás qué? Porque por lo menos en la religión te garantizás la vida eterna. En estos tiempos productivistas, ¿qué te garantizás?
Lo que hay que entender, para mi gusto, son dos cosas: primero que el futuro siempre es imprevisible; y que todo lo que digamos sobre el futuro, hedonista o no, lo decimos desde el presente. Todo lo que digamos del futuro, nunca es el futuro.

Hay dos acepciones etimiológicas de religión, la más conocida dice que religión viene de religarnos. Religarnos de a donde provenimos, como que el ser humano es una desgarradura. El haber nacido es habernos como separado de un lugar originario al que hay que volver. Con lo cual, ser religioso no tiene que ver con el más allá, sino que tiene que ver con las cosas que hagas en la vida para poder garantizarse el acceso al más allá. O sea, la religión si de algo habla es de la vida terrenal, no de la vida celestial. Y es muy interesante pensar así nuestra relación con el tiempo. Si toda la vida terrenal está supeditada a lo que hagas para garantizarte el más allá, el tiempo real de la vida concreta no lo vivís. Lo vivís en función de ese más allá y no en función del deseo de lo que te esté pasando acá.

El ateo, a mi entender, de alguna manera continúa la lógica religiosa porque la mayoría de las cuestiones que hacen a la concepción religiosa del mundo, están presentes en la concepción atea. Por eso a mi no me gusta ni afirmar que Dios existe o que Dios no existe. Considero que un creyente y un ateo afirman verdades. Y lo que yo cuestiono es la verdad. ¿Desde q lugar alguien puede pararse para afirmar que no hay algo más? Rorty dice: el hombre moderno se ha emancipado de la idea de Dios y ha podido construir el orden sin esa idea. ¿No sera éste el momento en pensar los ordenes sociopoliticos, la vida humana, emancipándonos de la idea de la verdad? Y me parece brillante esa separacion entre la democracia y la metafisica. Rorty driría: de la puerta de tu casa para adentro, tené la concepción metafísica del futuro que quieras, ahora cuando hablamos de presupuestos del estado, cuando hablamos de educación, cuando hablamos de que no haya crueldad en el mundo, ahí el futuro es lo que se construye día a día, y se construye con hechos concretos de políticas concretas. La metafísica muchas veces entorpece, y todavía la política está bastante atravesada por la metafísica.

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