De pasar de largo

¿Por qué has vivido tanto tiempo en el fango, que tú mismo te convertiste en rana y sapo?
¿No te corre ahora por tus venas sangre fangosa, pútrida y espumosa, que te hace echar pestes de esta manera?
¿Por qué no te fuiste a vivir al bosque? ¿O a trabajar la tierra? ¿No abundan en el mar las islas verdes?
Desprecio tu desprecio; y si me advertiste, ¿por qué no te advertiste a ti mismo?
¡Únicamente desde el amor, no desde el fango, ha de levantar su vuelo mi desprecio y mi pájaro amonestador!
Te llaman mi mono, frenético loco; pero yo te llamo mi cerdo gruñón - de tanto gruñir, me vas a echar a perder mi elogio de la locura.
¿Qué fue lo primero que te hizo gruñir? El que nadie te halagaba bastante; - por eso te juntaste a esa inmundicia, para que tuvieras motivos para gruñir mucho, - para que tuvieras motivos para vengarte mucho! Pues todo tu tronar es venganza, loco presumido; ¡a mí no me engañas!
¡Pero tus palabras locas me perjudican, incluso cuando tienes razón!
¡Y aunque las palabras de Zaratustra tuviesen cien veces razón, tú siempre harías mal con ellas!

...En cuanto a ti, loco, antes de partir te enseño ésto: ¡donde uno no puede amar más debe pasar de largo!"

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