Cualquier otro
Lo más difícil para mí era decidir quedarme con alguien. Pensar: éste es el hombre con el que voy a pasar el resto de mi vida. Decidir que voy a hacer el esfuerzo por quedarme y resolver las cosas y no correr cuando haya un problema, es muy difícil para mí.
Le dije que no podría ser sólo de un hombre el resto de mi vida. Era mentira, pero lo dije de todas formas. Él me preguntó que si me creía una ardilla porque juntaba hombres como frutos secos para el invierno. Me pareció chistoso. Luego dijo algo que hirió mis sentimientos. El tono cambió drásticamente. Luego entendí mal lo que decía. Creí que decía que ya no me amaba y que quería terminar.
Siempre me fascina como la gente pasa de amarse con locura a nada en absoluto. Duele mucho.
Cuando siento que alguien me va a dejar, tiendo a terminar con ellos primero antes de oírlo todo.
Aquí está, uno más, uno menos. Otra historia de amor desperdiciada.
Realmente amaba a éste.
Cuando pienso en que se acabó, en que nunca volveré a verlo así... Bueno, sí, me toparé con él, conoceremos a nuestros nuevos novios y nos portaremos como si nunca hubiéramos salido. Luego, cada vez iremos pensando menos en el otro, hasta que nos olvidemos completamente. Casi.
Siempre es igual para mí: separación, depresión; bebida, aventuras. Conocer a un sujeto, luego a otro. Tener sexo para olvidar al importante. Y después de unos meses de vacío total, empezar de nuevo a buscar al amor. Buscar por doquier desesperadamente y, después de dos años de soledad, conocer a un nuevo amor y jurar que él es el definitivo hasta que él se va también.
Hay un momento en la vida donde ya no podemos recuperarnos de otra separación. E incluso si esta persona te molesta el 60% del tiempo, no podés vivir sin él. E incluso si te despierta a diario estornudándote en la cara, sus estornudos te gustan más que los besos de cualquier otro.
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