De limitaciones

Yo no sé de donde sale esa fragilidad idiota, esa necesidad constante de una mirada que te acepte, pero es semejante a la ceguera del enamorado que se siente solo, desgraciado y poco querido cuando el objeto de su amor no le hace caso, aunque tenga alrededor a otras veinte personas que estén rendidamente enamoradas de él.

Comentarios

Entradas populares